La obra es la manera, la manera es la obra
Juego y esencia.
“Quiero sentir la presión de mi mano en el papel…”
Y mi mujer, si todavía no se había desesperado de que le repitiera tantas veces esa frase, es porque sabe cómo funciono.
Estoy diseñando la ilustración de la que os hablaba hace unas semanas, y después de un borrador a rotu de tres colores, y le pedí feedback:
“No sé cómo hacerlo, pero sé que quiero un papel grueso, con textura, no blanco brillante. Y quiero apretar y sentir la fuerza de mi mano en el papel. Que deje surco, y al mismo tiempo, deje relieve.” — fueron mis palabras.
Y, para mí, nada de lo que hay en esas palabras es trivial.
Esos detalles, no son detalles.
Tampoco sé darte un porqué razonado, ni tampoco sé interpretarlo del todo, más allá de que me apetece profundamente, y que, mientras sigo iterando, lo que se queda es lo que me vale.
El primer borrador es probablemente como lo describe mi mujer: “como hecho por un estudiante de primero de Bellas Artes que quiere hacer todo en su primera obra”.
Y nada de esto me es ajeno,
ni el proceso iterativo, el mismo que sigo en muchos aspectos de mi vida,
ni la evolución de los resultados, de una sofisticación desintegrada a la sencillez que dice todo.
De momento, de tres colores ya he pasado a dos, de dos herramientas a una, de frases a palabras o… tal vez ni eso… un trazo ágil es lo que visualizo ahora mismo.
Eso, y la sencillez y la serenidad del arte japonés como referencia.
Una visión y un desde dónde que, como mi maestra me recuerda, necesitaré miles de iteraciones para conectarlos en algo tangible.
De hecho, no sé si llegaré…
ni cómo,
ni en que forma.
Solo sé que lo gozaré,
y tampoco siempre XD.
Al menos no en el sentido habitual de gozar.
De momento sigo jugando con todo.
Con el espacio, con lo dibujado, con mi firma…
Hoy creo querer grabar mi firma en la ilustración cual herrero de katanas.
Puntilla, martillo y elegancia forjada en papel. Y una cosa me lleva a la otra: a preguntarme si mi nombre me representa, si el símbolo de mi firma que diseñé hace unos años aún la siento mía (spoiler: no)...
Así, sigo tirando del hilo hasta que, pasito a pasito, encuentro esa profunda satisfacción que he sentido cuando he creado obras que estaban completamente conectadas con mis tripas.
Lo único que espero y deseo es que, en el resultado final, no falte nada y quede poco que quitar.
Os cuento más pronto.
Un abrazo.
Urtats


