El proyecto tenía que acabar en un mes.
O al menos eso decía el Gantt con el que habíamos ganado el concurso.
Pero… había habido imprevistos, y nos habían retrasado.
Algunas malas interpretaciones de los requisitos del cliente, nuevos requisitos o matices que íbamos descubriendo a medida que diseñábamos el prototipo, o necesidades que el propio cliente descubría a medida que avanzábamos… eran algunos de los responsables de este retraso.
Y yo veía como, mi jefe de entonces, primerizo él, tranquilizaba su ansiedad jugando con el Gantt, ajustando lo estimado a lo que realmente había ocurrido.
Recuerdo la primera vez que le vi hacerlo. Me sorprendió, ¿qué hace? Hoy entiendo que era algo importante para él. Hacerlo así calmaba su ansiedad, le daba sensación de control, algo a lo que aferrarse. Era una manera de ajustar su narrativa interna a la nueva realidad que estaba aún aceptando. Y el proyecto seguía adelante y el cliente estaba contento así que… No es poco.
Obviamente, hay mejores maneras de hacerlo. Desde la aceptación de este tipo de retrasos y imprevistos son esperables. Desde el conocimiento que acertar con la definición de los requisitos a la primera es: 1) imposible, 2) tampoco es deseable dedicarle más de lo necesario. Que este tipo de proyectos son proyectos vivos, que es tan importante la flexibilidad y la capacidad de ajustarse como las condiciones iniciales que se establecen y un largo etc relacionado con cómo vemos el proyecto, cómo lo ve el cliente, cómo lo comunicamos y establecemos una relación colaborativa para avanzar conjuntamente.
En este caso, mi jefe aún no era capaz de ver las cosas como eran y, por lo tanto, tampoco era capaz de comunicarse adecuadamente. Pero, por suerte, nuestro cliente parecía sensato, experimentado y consciente de que estas dificultades son parte del juego (una gozada trabajar con gente así, otro día os hablaré del caso opuesto). Así que, al único que afectaba esta torpeza, era a sí mismo, que sufría sin necesidad entre planificación y re-planificación.
Esto, en un proyecto de ingeniería. No hablo de economía, ni psicología, ni de emprendimiento, ni entrenamiento. Hablo de un proyecto relativamente objetivizable, medible y controlable.
Escucha lo que tu ansiedad te dice.
Espera lo imprevisto.
Planea con eso en mente.